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Diferencia entre revisiones de «Serendipia»

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== Etimología e historia ==
== Etimología e historia ==
El término serendipia deriva del [[idioma inglés|inglés]] ''serendipity'', [[neologismo]] acuñado por [[Horace Walpole]] en [[1754]] a partir de un [[cuento]] tradicional persa llamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip —que era el nombre árabe de la isla de [[Ceilán]], la actual [[Sri Lanka]]—, solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades. Las versiones inglesas del relato provienen del libro ''Peregrinaggio di tre giovani figluoli del re di Serendippo'' publicado en Venecia en 1557 por Michele Tramezzino, según traducción de Christoforo Armeno.<ref>{{cita libro|apellido=Pérez Tamayo|nombre=Ruy|título=Serendipia: ensayos sobre ciencia, medicina y otros sueños|fechaacceso=20 de octubre de 2010|idioma=español|editorial=Siglo XXI Editores|ubicación=México|isbn=9682305640|página=151}}</ref><ref name = "BenAmos">{{cita libro|apellido=Ben Amos|nombre=Dan|título=Folktales of the Jews: Tales from Eastern Europe|fechaacceso=25 de octubre de 2010|idioma=Inglés|año=2006|editorial=Jewish Publication Society|isbn=0827608306|página=318}}</ref> El cuento se recoge en el libro de poemas de 1302 ''[[Hasht Bihisht (libro)|Hasht Bihist]]'' (''Ocho paraísos'') de [[Amir Kushrau]].<ref name="BenAmos" />
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La palabra serendipia se usó mucho en sus orígenes, pero fue cayendo en desuso. Ha sido rescatada recientemente gracias al renovado interés en este tipo de asuntos y a otros motivos culturales (hay una [[Serendipity (película)|película del año 2001]] dirigida por [[Peter Chelsom]] y protagonizada por [[John Cusack]] y [[Kate Beckinsale]]).
La palabra serendipia se usó mucho en sus orígenes, pero fue cayendo en desuso. Ha sido rescatada recientemente gracias al renovado interés en este tipo de asuntos y a otros motivos culturales (hay una [[Serendipity (película)|película del año 2001]] dirigida por [[Peter Chelsom]] y protagonizada por [[John Cusack]] y [[Kate Beckinsale]]).
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El cometa Shoemaker-Levy 9 fue descubierto en 1993 gracias a una serendipia.

Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.

En la historia de la ciencia son frecuentes las serendipias. Por ejemplo, Albert Einstein reconoce esta cualidad en algunos de sus hallazgos. También existen casos de serendipias en obras literarias, cuando un autor escribe sobre algo que ha imaginado y que no se conoce en su época, y se demuestra posteriormente que eso existe tal como lo definió el escritor, con los mismos detalles. No se debe confundir con la anticipación o la ciencia-ficción, donde se adelantan inventos mucho más genéricos que casi todo el mundo cree que probablemente existirán algún día.

Etimología e historia

El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento tradicional persa llamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip —que era el nombre árabe de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka—, solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades. Las versiones inglesas del relato provienen del libro Peregrinaggio di tre giovani figluoli del re di Serendippo publicado en Venecia en 1557 por Michele Tramezzino, según traducción de Christoforo Armeno.[1][2]​ El cuento se recoge en el libro de poemas de 1302 Hasht Bihist (Ocho paraísos) de Amir Kushrau.[2]​ La maestra de ciencias nos puso a hacer esto, es muy aburrido.

La palabra serendipia se usó mucho en sus orígenes, pero fue cayendo en desuso. Ha sido rescatada recientemente gracias al renovado interés en este tipo de asuntos y a otros motivos culturales (hay una película del año 2001 dirigida por Peter Chelsom y protagonizada por John Cusack y Kate Beckinsale).

El término chiripa, mucho más utilizado en lenguaje coloquial, podría considerarse también como un sinónimo de serendipia, si bien se tiene como un modismo de uso no general en el mundo hispanoparlante, se usa con una connotación más bien festiva y se refiere comúnmente a casualidades o eventos fortuitos en la vida cotidiana, incluso a hechos intrascendentes.

También se habla a veces de «pseudoserendipia», en la cual el investigador, tras haber investigado mucho sobre algo sin obtener resultados, consigue finalmente su objetivo, pero a causa de un accidente fortuito o una revelación.

Ejemplos

Serendipias en ciencia y tecnología

  • Louis Pasteur destacó la importancia de la observación acompañada de ingenio en la ciencia: « Dans le champ de l'observation, le hasard ne favorise que les esprits préparés » («En el campo de la investigación el azar no favorece más que a los espíritus preparados»).
  • La aplicación del sildenafilo (Viagra) como fármaco contra la disfunción eréctil se descubrió al comprobar que los sujetos varones que probaban el fármaco no devolvían los blísters.
  • Si bien existen varias teorías acerca del origen del dulce de leche, la más popular y ampliamente difundida es que fue producto del olvido de una criada, al dejar en el fuego la leche con azúcar (preparación conocida en esa época como «lechada»).
  • Según Umberto Eco, la llegada de Colón a América sería una serendipia.
  • A mediados del siglo XIX, se intentó buscar un material para sustituir el marfil de las bolas de billar. En 1870, John Wesley Hyatt, un inventor de Nueva Jersey, estaba prensando una mezcla de serrín y papel con cola, porque creía que así conseguiría el nuevo material. Pero se cortó un dedo, y fue a su botiquín. Sin querer, volcó un frasco de colodión (nitrato de celulosa disuelto en éter y alcohol). Esto provocó que quedara en su estantería una capa de nitrocelulosa. Al verla, Hyatt se dio cuenta de que este compuesto uniría mejor su mezcla de serrín y papel, en lugar de la cola. De este modo se inventó el celuloide.
  • En 1922, Alexander Fleming estaba analizando un cultivo de bacterias, cuando se le contaminó una placa de bacterias con un hongo. Más tarde descubriría que alrededor de ese hongo no crecían las bacterias e imaginó que ahí había algo que las mataba. Aunque él no fue capaz de aislarla, ese episodio dio inicio al descubrimiento de la penicilina.
  • El químico Friedrich Kekulé llevaba mucho tiempo intentando encontrar la huidiza estructura de la molécula de benceno. Simplemente, no se conocía una estructura de seis carbonos que tuviera las propiedades químicas que exhibía. Según cuenta él mismo en sus memorias, una tarde, mientras volvía a casa en autobús, se quedó dormido. Comenzó a soñar con átomos que danzaban y chocaban entre ellos. Varios átomos se unieron, formando una serpiente que hacía eses. De repente, la serpiente se mordió la cola y Kekulé despertó. A nadie se le había ocurrido hasta ese momento que pudiera tratarse de un compuesto cíclico.
  • Las famosísimas notas post-it surgieron tras un olvido de un operario, que no añadió un componente de un pegamento en la fábrica de 3M. Toda la partida de pegamento se apartó y guardó, pues era demasiado valioso como para tirarlo aunque apenas tenía poder adhesivo. Uno de los ingenieros de la empresa, hombre devoto, estaba harto de meter papelitos en su libro de salmos para marcar las canciones cuando iba a la iglesia. Los papelitos no hacían más que caerse. Pensó que sería ideal tener hojas con un poco de pegamento que no fuera demasiado fuerte y que resistiera ser pegado y despegado muchas veces. La vieja partida de pegamento malogrado acudió a su mente. Habían nacido las notas post-it.
  • Niels Bohr llevaba mucho tiempo trabajando en la configuración del átomo. Tuvo un sueño en el cual vio un posible modelo de dicha configuración, y al despertar, lo dibujó en un papel, sin darle mucha importancia. Poco tiempo después, volvió a ese papel y se dio cuenta de que realmente había hallado la estructura del átomo.
  • El principio de Arquímedes fue descubierto al introducirse en una bañera y observar cómo su cuerpo desplazaba una masa de agua equivalente al volumen sumergido. Salió desnudo a la calle gritando la famosa palabra: ¡eureka!.
  • El doctor Albert Hofmann descubrió accidentalmente una de las drogas alucinógenas más poderosas, el LSD (ácido lisérgico dietilamida). Según relata en su libro My problem child, en el curso de su investigación sobre los derivados del ácido lisérgico obtuvo el LSD-25, el cual se demostró como poco interesante desde el punto de vista farmacológico, por lo que se dejó de investigar sobre él. Sólo cinco años más tarde, y debido a que, sin motivo aparente, no podía olvidarse de aquella sustancia, volvió a sintetizarla para una ulterior investigación, lo que era muy excepcional al haber sido ya inicialmente descartada. Cuando procedía a su cristalización se sintió afectado por una mezcla de excitación y mareo, viéndose forzado a abandonar el trabajo en el laboratorio. Presumiblemente, a pesar de sus precauciones, una mínima cantidad de LSD tocó la punta de sus dedos y fue absorbida por su piel. Ya en su casa, despierto, pero en un estado de ensoñación, percibió una serie interminable de fantásticas imágenes con intensos y caleidoscópicos juegos de formas y colores, que no se desvaneció hasta pasadas unas dos horas.
  • El politetrafluoretileno (más conocido por su nombre comercial Teflón®) fue descubierto en 1938, mientras el doctor Roy J. Plunkett trabajaba en el desarrollo de sustancias refrigerantes y debido a un mal funcionamiento durante sus experimentos realizó el hallazgo.
  • Más recientemente, en enero de 2012, Clara Lazen, alumna de quinto grado de la escuela primaria Border Star Montessori en Kansas (Missouri, EE.UU.), encontró de forma accidental durante su clase de ciencias una nueva molécula que puede almacenar energía. El descubrimiento fue confirmado por los científicos de la Universidad Estatal de Humboldt. El profesor de Química Robert Zoellner pidió a sus estudiantes de quinto que construyeran una serie de moléculas con sus kits de modelado. Obviamente, no esperaba que los niños realizaran ningún descubrimiento científico, pero cuando se acercó al pupitre de Clara Lazen vio que la pequeña había dispuesto al azar una combinación única de átomos de oxígeno, nitrógeno y carbono. El resultado era una molécula que Boehr nunca había visto antes. La nueva molécula tetranitratoxycarbon era, en efecto, una combinación única de átomos de oxígeno, nitrógeno y carbono. Conteniendo la misma combinación de átomos que la nitroglicerina, un potente explosivo. Si lograra ser sintetizada, podría suponer una nueva forma de almacenar energía.[3]

Serendipias literarias

  • Jonathan Swift describió dos supuestos satélites naturales de Marte en su libro Los viajes de Gulliver, de 1726. Voltaire también mencionó en su relato fantástico Micromegas, de 1752, que Marte poseía dos lunas. El descubrimiento de los dos satélites marcianos, Fobos y Deimos, no ocurrió de forma oficial hasta 1877. La óptica disponible durante la vida de Swift y Voltaire no permitía ver esos cuerpos celestes tan pequeños y que se separan tan poco de la esfera de Marte.
  • En el libro Futility, or the Wreck of the Titan se narra el naufragio de un barco llamado Titan. Dicho libro fue escrito en 1898, 14 años antes del naufragio del Titanic, y las coincidencias son asombrosas. De entrada, el nombre de ambos barcos, el hecho de hundirse ambos en su viaje inaugural. Sus dimensiones similares (75000 toneladas y 66000, 243 metros de eslora y 268) o el apellido del capitán en ambos casos (Smith). Aunque no tanto, si quieres llamar a un barco grande un nombre de algo enorme, no hay nada mas enorme que un Titán, y el apellido Smith es tan común en inglés que se usa en muchas ocasiones como Pérez en castellano.
  • En 1838, Edgar Allan Poe escribió la que sería su única novela completa, La narración de Arthur Gordon Pym. En ella, cuatro personas acaban en una barca sin alimentos ni bebida después de naufragar. El más joven, un grumete llamado Richard Parker, propone que uno de ellos sea asesinado y sirva de alimento a los demás, lo que le toca a él después de echarlo a suertes por la ley del mar. Cuarenta y seis años después, en 1884, el navío inglés Mignonette, construido en 1867, naufraga con sus cuatro tripulantes a bordo. Durante cerca de veinte días quedan a la deriva en un bote salvavidas sin agua ni provisiones hasta que uno de ellos entra en coma, aparentemente por haber bebido agua salada. Entonces deciden darle muerte para comérselo y tener así la posibilidad de sobrevivir. El cuerpo del infausto, un grumete de 17 años llamado Richard Parker, alimentó a los tres restantes hasta que fueron rescatados unos días más tarde. El caso fue muy seguido por la prensa de la época y sentó un precedente criminal del derecho anglosajón en las cortes de justicia, ya que no había mediado sorteo previo.[4]

Véase también

Referencias

  1. Pérez Tamayo, Ruy. Serendipia: ensayos sobre ciencia, medicina y otros sueños. México: Siglo XXI Editores. p. 151. ISBN 9682305640. 
  2. a b Ben Amos, Dan (2006). Folktales of the Jews: Tales from Eastern Europe (en inglés). Jewish Publication Society. p. 318. ISBN 0827608306. 
  3. «Una niña de 10 años descubre una nueva molécula», Diario ABC, 22/2/2012.
  4. Simpson, A. W. B. (1984), Cannibalism and the Common Law: The Story of the Tragic Last Voyage of the Mignonette and the Strange Legal Proceedings to Which It Gave Rise, Chicago: University of Chicago Press, ISBN 978-0-226-75942-5, pp. 57–69.

Enlaces externos

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