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Fiebre hemorrágica argentina

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Fiebre hemorrágica argentina

Esquema de un arenovirus, agente que provoca la FHA
Especialidad infectología
Sinónimos
fiebre de Junín, mal de los rastrojos

La fiebre hemorrágica argentina, FHA, localmente denominada mal de los rastrojos[1]​ o mal de Junín, es una enfermedad viral zoonótica, que produce una fiebre hemorrágica viral, endémica en Argentina. Es causada por el Junin virus transmitido por medio de una especie de roedor, la laucha del maíz o ratón maicero (Calomys musculinus) el cual es su vector natural.[2]

Los síntomas se intensifican menos de una semana después de la infección, forzando al infectado a acostarse, produciéndose cada vez más fuertes síntomas de alteración vasculares, renales, hematológicos y neurológicos. Este estadio no dura más de 20 días.

Si no se lo trata, la mortalidad de la FHA alcanza el 30 %.[3]

Historia

La enfermedad fue descrita a mediados de la década de 1950 por el médico argentino Rodolfo Arribalzaga[4]​ en los Partidos de Junín, y de Chacabuco[5]​. Observó un síndrome característico en los trabajadores rurales que, creyó, se trataba de una nueva enfermedad.

Se halló que el agente causante era transmitido por roedores. Fue aislado por virólogos argentinos del ámbito académico y de la salud pública y nombrado virus Junín al ser identificado en 1958.[6]​ Hallazgos posteriores lo ubicaron en la familia Arenaviridae siendo el primer integrante de la misma.[7]​ Foco viral: localidad de O'Higgins, Chacabuco, en la provincia de Buenos Aires.[5]

En 1961, mediante un decreto, fue reconocida cómo enfermedad profesional de los trabajadores agropecuarios.[8]

En los años iniciales, se registraban alrededor de 1000 casos al año. Estudios realizados demostraron la eficacia del tratamiento cuando se administraba plasma obtenido de convalecientes, con anticuerpos contra el virus. Sin embargo esta estrategia tenía varios inconvenientes y la mortalidad era sustancial.[7][2]

En 1964 se creó la "Comisión Nacional Coordinadora para el estudio y la lucha contra la fiebre hemorrágica argentina" conformada por representantes de la salud pública del estado nacional, de las provincias afectadas, universidades y otros institutos.[8]

En 1965 se estableció un centro en Pergamino con la finalidad de diagnosticar y asistir a quienes padecían la enfermedad, quedando el diagnóstico de certeza a cargo del Instituto Malbrán. Fue durante esta etapa que se demostró la eficacia del plasma inmune.[8]

En 1976 se desarrolló en Buenos Aires el primer Seminario Internacional en Fiebres Hemorrágicas Virales.[8]​ En 1977 expertos coincidieron en asignar un carácter prioritario al desarrollo de una vacuna contra la FHA. En 1979 el Gobierno de la Argentina y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo suscribieron un convenio para el desarrollo de la vacuna.[2]

En 1978 se crea el "Instituto Nacional de Estudios sobre Virosis Hemorrágicas" (actualmente Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas "Dr. Julio I. Maiztegui"), con sede en Pergamino. Tuvo la misión de organizar el "Programa Nacional de Lucha contra la fiebre hemorrágica argentina". Inicialmente participaron en el mismo las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa en convenio con el Ministerio de Salud de la nación. La provincia de Córdoba se incorporaría en 1982.[8]

En septiembre del mismo año, una misión preparatoria para el proyecto de desarrollo de una vacuna de la OPS y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo visitó instituciones relacionadas con la problemática. Concluyeron que el desarrollo de la vacuna debía ejecutarse en el INEVH.[8]

Se firmó el proyecto "Desarrollo de una vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina", involucrando al gobierno de Argentina, al PNUD, a la OPS y al United States Army Medical Research Institute of Infectious Diseases (USAMRIID). Su ejecución se iniciaría en 1979. El acuerdo estipulaba que la investigación de la vacuna sería llevada a cabo por un científico argentino en los laboratorios del USAMRIID. Superados los controles iniciales de potencia e inocuidad, sería producida en Argentina por el INEVH y ensayada progresivamente en humanos. [8]

Se postularon varias hipótesis sobre la causa de la emergencia de la enfermedad pero ninguna pudo ser demostrada. Para el año 1988 centenares de casos ocurrían anualmente y no había entonces perspectivas de poder controlar la situación.[7]

Ambos países trabajaron en conjunto para el desarrollo de una vacuna. Para 1993 EEUU había desarrollado una vacuna[9]​ candidata que fue probada en Argentina en un ensayo cuyos resultados se conocieron en 1998 proveyendo una protección adecuada. Asimismo durante el ensayo se pudieron obtener algunos datos sobre la transmisión del virus.[7]

Si bien algunos aspectos relacionados con el surgimiento de la enfermedad permanecen sin ser revelados. Desde su desarrollo, la vacuna ha sido administrada a más de 250.000 personas que viven en el área endémica y la incidencia de la enfermedad se mantiene por debajo de un centenar de casos por año.[7]

Epidemiología

En 1955, el área endémica de FHA abarcaba aproximadamente 10.000 km2 con epicentro en la ciudad de Junín. Para 1985 incluía más de 150.000 km2 en cuatro provincias.[10][11][12]

Área endémica de la FHA y los puntos son presencia de Calomys musculinus, 1996.[10]

Hacia 1958, cuando se descubre el virus,[8]​ los casos se limitaban a un área de 16.000 km2 y la población expuesta se calculaba en 270.000.[8]​ Entre 1963 y 1967 se detectaron casos en el sur de las provincias de Córdoba y Santa Fe.[13]

La zona endémica de la FHA corresponde a la pampa húmeda argentina,[3]​ y cubre aproximadamente 150 000 km², comprometiendo las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y de La Pampa, con una población estimada en riesgo de 5 millones.

El vector es un muy pequeño roedor laucha conocida localmente como ratón maicero, que sufre infección crónica asintomática, y desparrama el virus a través de su saliva, orina, sangre. La infección al humano se produce a través de:

  • contacto con la piel (con escoriaciones, por ej.)
  • en mucosas
  • inhalación de partículas portando el virus.

Afecta principalmente en gente que reside o trabaja en zonas rurales del área endémica;[8]​ el 80 %de los infectados son hombres entre 15 y 60 años[cita requerida].

Etiología

Es causada por el agente viral Junin virus (un arenavirus, muy relacionado con el virus Machupo, agente causante de la fiebre hemorrágica boliviana).

Cuadro clínico

El periodo de incubación es de una a dos semanas. Comienza con un cuadro insidioso de fiebre, dolores musculares y malestar general. Luego se instalan síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea o constipación, enrojecimiento de las conjuntivas oculares, taquicardia, hipotensión, hiperestesias, postración, confusión, temblor de manos y lengua, petequias, trombocitopenia, leucopenia y proteinuria.

En casos severos pueden ocurrir sangrados de mucosas, tracto digestivo, pulmones, riñón y útero.[14]

Tratamiento

La terapia efectiva consiste en la trasfusión de plasma inmune en la fase del pródromo de la enfermedad. Este Plasma proviene de pacientes recuperados de la enfermedad.[3]

El tratamiento con plasma es extremadamente efectivo y reduce la mortalidad al 1 %.

La ribavirina, la inmunoglobulina y los anticuerpos monoclonales han mostrado alguna ventaja en el tratamiento de la enfermedad.[3]

Profilaxis

En 1966 el Dr. N. Parodi y su equipo, en la ciudad de Junín (provincia de Buenos Aires) estaban completando los estudios protocolares de una vacuna eficaz contra la FHA. Pero el 28 de junio de 1966 se perpetró el golpe de Estado contra el presidente Arturo Umberto Illia. Se abortaron todos los estudios científicos en el país, y la cepa fue destruida.

Luego, en laboratorios del Ejército de Estados Unidos, se aisló la cepa Candid #1 (vacuna para la FHA). En 1981, el Dr. Julio Barrera Oro, del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas "Dr. Julio I. Maiztegui" (INEVH) la produjo. Pero hasta 2007 ningún laboratorio farmacológico la comercializó. Esta producción industrial la realizó el propio INEVH en su Laboratorio de Alta Seguridad. En 1986, el Instituto Salk de Estados Unidos fabricaron las primeras 20 000 dosis de la vacuna.

La Candid #1 ha sido inyectada a población de alto riesgo (hombres en el ámbito rural de 16 a 60 años), y es un 95,5 % efectiva.[cita requerida]

En el 2006, el "Instituto Maiztegui" obtiene la certificación para producir la vacuna en Argentina. Existe un plan de vacunación listo a ser operado, y el presupuesto para 2007 permitía obtener 390 000 dosis a AR$ 8 cada una (cerca de US$ 2,58 o  1,95). El Instituto Maiztegui tiene capacidad de fabricar anualmente las 5 millones de dosis requeridas para vacunar la población íntegra del área endémica.

Desde 1991, más de 240 000 personas han sido vacunadas, conllevando una gran disminución del número de casos reportados (94 sospechosos y 19 confirmados en 2005).

La vacuna Junín ha demostrado también reaccionar al virus Machupo y, por ende, ha sido considerada como tratamiento alternativo para la Fiebre hemorrágica boliviana.

Véase también

Referencias

  1. Andriolo, Haidé (24 de junio de 2006). «Avance en el país contra "el mal de los rastrojos"». La Nación. Consultado el 24 de abril de 2014. 
  2. a b c Fiebre Hemorrágica Argentina. OPS. «En la Figura 2 se observa la estadística de casos notificados por año, siendo alrededor de 1000 por año». 
  3. a b c d Enria, Delia A; Briggiler, Ana M; Sánchez, Zaida (abril de 2008). «Treatment of Argentine hemorrhagic fever». Antiviral Res (en inglés) 78 (1): 132-9. doi:10.1016/j.antiviral.2007.10.010. Consultado el 18 de septiembre de 2013. 
  4. Arribalzaga, RA (1955). «Una nueva enfermedad epidemica a germen desconocido: hipertermia, nefrotoxica, leucopenica y enantematica». Dia Medico (Buenos Aires) 27: 1204-10. PMID 13241264. 
  5. a b Agnese, Graciela (Julio de 2007). «“Una rara enfermedad alarma a la modesta población de O’Higgins” Análisis del discurso de la prensa escrita sobre la epidemia de Fiebre Hemorrágica Argentina de 1958». Revista de Historia & Humanidades Médicas 3 (1): 1. Archivado desde el original el 12 de enero de 2014. Consultado el 25 de agosto de 2014. 
  6. Pirosky, I; Zuccarini J, Molinelli EA, Di Pietro A, Barrera Oro JG, Martini P, Capello AR. (1959). Virosis hemorrágica del noroeste bonaerense (endemoepidémica, febril, enantémática y leucopenica). Buenos Aires. Instituto Nacional de Microbiologia, Minesterio de Asistencia Social y Salud Pública. 
  7. a b c d e Peters, CJ (2006). «Emerging Infections: Lessons from the Viral Hemorrhagic Fevers». Trans Am Clin Climatol Assoc (en inglés) 117: 189-197. Consultado el 18 de septiembre de 2013. 
  8. a b c d e f g h i j Ambrosio, Ana María (2006). «La producción nacional de vacuna a virus Junin vivo atenuado (Candid #1) anti-fiebre hemorrágica argentina». Acta bioquím. clín. latinoam 40 (1): 5-17. ISSN 1851-6114. 
  9. Contigiani, M; Medeot, S; Diaz, G (1993). «Heterogeneity and stability characteristics of Candid 1 attenuated strain of Junin virus». Acta Virol 37 (1): 41-6. PMID 8105651. 
  10. a b Mills, JN; Childs, JE (1998). «Ecologic Studies of Rodent Reservoirs: Their Relevance for Human Health». Emerging Infectious Diseases (Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, Georgia, USA) 4 (4). 
  11. Maiztegui, JI; Briggiler A, Enria D, Feuillade MR. (1986). «Progressive extension of the endemic area and changing incidence of Argentine hemorrhagic fever». Med Microbiol Immunol (Berl) 175 (2-3): 149-52. doi:10.1007/BF02122437. 
  12. «Fiebre hemorrágica argentina: una enfermedad mortal en el 30% de los casos». Diario Hoy. 16 de octubre de 2006. Consultado el 24 de abril de 2014. 
  13. Basualdo, Juan Angel (2006). Microbiología Biomédica. Buenos Aires: Editorial Atlante. p. 998. ISBN 9509539473. 
  14. Romero Cabello, Raúl (2007). Microbiologia y parasitologia humana: Bases etiologicas de las enfermedades infecciosas y parasitarias. Ed. Médica Panamericana. p. 1646. ISBN 9687988487. 

Fuentes