Fuentes del Guadalquivir
Arroyo de las provincias de Almería y Granada. España. Nace en la pedanía de Topares, perteneciente al municipio de Vélez-Blanco, Almería. Pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir.
Discusión sobre el nacimiento del Guadalquivir
Si bien en la actualidad se considera que es el Guadiana Menor el que vierte sus aguas al Guadalquivir, algunos estudios recientes señalan que realmente es el Guadiana Menor el río que mantiene su cauce y que el río que nace en la Sierra de Cazorla es un afluente de aquel.
Según recientes teorías, el Guadiana Menor debería ser el auténtico río Guadalquivir, ya que en la confluencia Guadiana Menor-Guadalquivir el primero tiene más longitud y por ende más jerarquía que el segundo, por lo que debería haber conservado su nombre. Quizás en este error influyó el comportamiento del río, puesto que las desapariciones y posteriores apariciones del cauce le propiciaron el nombre de Guadiana por analogía de comportamientos.
Remontando el curso del Guadiana Menor, auténtico Guadalquivir desde el punto de vista puramente geográfico, se llega a la cabecera del mismo, situada en el norte de la provincia de Almería.
El nacimiento almeriense del Guadalquivir se encuentra en el municipio de Vélez-Blanco, provincia de Almería, España. Desde la pedanía de Topares parte un camino sin asfaltar hacia el Caserío de Santonge, paraje protegido que alberga notables pinturas rupestres. A una distancia de unos tres kilómetros de Topares, y a unos cien metros de este camino, se encuentra el brocal de un pozo. Esas aguas, que en época de lluvia brotan a pocos pasos del pozo, ya pertenecen a la cuenca hidrográfica del Guadalquivir; es la surgencia que aporta aguas al Guadalquivir más lejana a su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Este cauce, frecuentemente seco en la superficie, oculta una corriente subterránea que aflora con un modesto caudal cerca de La Cañada de Cañepla (pedanía del municipio de María, también en la provincia de Almería), donde recibe el nombre de Arroyo de La Cañada del Salar. Es testigo de este cauce subterráneo la vegetación propia de zonas húmedas que crece sobre él; entre esta vegetación destacan las abundantes juncáceas.
