William Kotzwinkle es un escritor estadounidense, autor de libros infantiles, novelas de género fantástico y de intriga, y también guionista cinematográfico. Se hizo cargo de dar forma novelada al guión de E. T. El extraterrestre. En 1977 ganó el World Fantasy Award for Best Novel por Doctor Raty fue galardonado asimismo con el National Magazine Award of Fiction.
El nadador en el mar secreto es la historia del arduo nacimiento de un niño contada por su padre. El lenguaje poético de su narración y una contenida emoción se funden para proyectar un potente sentimiento de amor y a la vez de aceptación de una realidad no deseada.
William Kotzwinkle is a two-time recipient of the National Magazine Award for Fiction, a winner of the World Fantasy Award, the Prix Litteraire des Bouquinistes des Quais de Paris, the PETA Award for Children's Books, and a Book Critics Circle award nominee. His work has been translated into dozens of languages.
William Kotzwinkle è un nome che non conoscevo, nonostante sia uno sceneggiatore, nonostante la sua novelization nata dal film di Spielberg E.T., ma niente di davvero memorabile. In italiano è stato tradotto moderatamente, e credo con altrettanto moderato successo: questa novella è tra le poche cose pubblicate anche da noi (cinque titoli su una quarantina di originali), la più recente a essere apparsa, nel 2012, a trentasette anni dalla prima uscita americana (1975). Forse di mezzo c’è un agente letterario che ci ha creduto in modo particolare, o forse altro - storie di editoria che non conosco. Il titolo originale, che fa riferimento al nascituro immerso nel liquido amniotico, è diventato E cadde la neve che invece deriva dal paesaggio innevato dell’inverno nel Maine.
Sulla copertina della mia edizione c’è invece una foto di Mark Dauber, autore di questo e degli scatti che seguono.
Tra le mie mani è arrivata perché ho chiesto a un’amica che scrive se mi indicava qualche titolo che fosse una storia d’amore. Ben strana storia d’amore mi ha suggerito. Non va bene per la mia ricerca, ma è comunque stata una lettura emozionante, concentrata tra una sera e la mattina dopo, un felice incontro inaspettato. È bella. Breve e preziosa. Intensa, straziante ma anche struggente. Delicata e poetica ma si astiene da ogni lirismo. Una lingua misurata, precisa, scolpita (come il mestiere dell'uomo del racconto, Johnny Laski, scultore), quasi minimale. Una lingua che trasmette silenzio.
La storia è racchiusa nell’arco di pochissimi giorni, e nell’arco di novanta pagine si va dal parto, che non è una nascita, alla sepoltura. È una storia semplice, dolorosa, ma anche piena di speranza: i due sposi sono pronti ad accogliere il terzo membro della famiglia, la storia inizia proprio con Diane che annuncia a lui che le si sono rotte le acque. Ma il bimbo nasce morto. Anche se era sano. Anche se nulla di congenito ha causato la morte, e quindi niente impedisce di riprovarci. La giovane coppia affronta il duro e drammatico momento senza scontri, senza violenza rabbia esplosioni. Rimangono uniti, vanno avanti. L’amore vince, l’amore continua e supera la morte.
Un breve racconto dalla vita alla morte che ha la forza dell’epica. Ogni tanto inframezzato da stralci in corsivo della vita di prima, particolarmente pregnanti.
Hace poco comentaba con una de mis amigas de Goodreads sobre el hecho de sentirse identificado con la situación o el personaje de un relato y como ello acaba por mejorar una lectura. Yo no soy una excepción en esto, aunque no sea algo que necesite para disfrutar de una novela. Lo que no me había pasado hasta ahora es que identificándome con personaje y situación, qué padre no ha sentido la misma mezcla de miedo y alegría por el nacimiento de un hijo, una lectura tan dirigida a conmover me haya dejado tan frío. Quizás el objetivo perseguido tan a las claras ahogó cualquier atisbo de entusiasmo que pujara por nacer en mí… tal vez esté ya echado a perder.
EDITO: Le voy a poner las cuatro. Porque no paro de pensar en él. Y eso es que merece más <3
3.5 - Me da algo de pereza tener que matizar siempre. A ver si goodreads alguna vez hace caso al clamor popular y añade las medias estrellas jajaja. Vamos a lo que vamos. Tenía muchas ganas de leer este relatito de 44 páginas. Había leído y oído muy buenas opiniones sobre él y la verdad es que me ha impactado bastante. De la trama solo diré que nos encontramos con un matrimonio que está esperando un bebé.
Normalmente soy un lector de novelas, no termino de engancharme a los relatos tanto. Necesito más tiempo para empatizar y encariñarme con los personajes. Pero a veces, ocurre como con Stefan Zweig, que un autor tiene tanto talento que en apenas unas páginas es capaz de hacer sentir muchas cosas. Y es el caso de este relato. El autor tiene una forma de narrarnos los hechos, que es imposible no adentrarse en la historia desde la primera palabra.
Os recomiendo que lo leáis solo cuando estéis de ánimo a tope, porque es durísimo. ¿Alguna recomendación en cuanto a novelas sobre este autor? Tengo muuuucha curiosidad.
El nadador en el mar secreto, 1975 William Kotzwinkle
Un relato sobre la vida y la muerte, sobre la ilusión y el desengaño, sobre el vivir y el perecer, una desgarradora historia semiautobiografica que, por ironías de la vida, ha seguido el mismo camino, teniendo también la misma suerte que el parto infructuoso protagonista del libro.
Un pequeño libro para el más grande de los temas: el nacimiento y la muerte. Decir exactamente lo que pasa sería como parafrasear un poema.
El nadador en el mar secreto nos relata a través de los ojos de un padre, la dolorosa pérdida de un hijo que no ha tenido ni siquiera la oportunidad de vivir.
El relato nos lleva desde el nido familiar, donde el matrimonio deja atrás las ilusiones y los sueños de los momentos en tres que están aun por llegar, hasta el hospital donde tiene lugar el parto. Durante ese largo letargo, Laski, el padre, nos deja una serie de reflexiones.
La vida nos esclaviza, nos hace desear descendencia, nos genera mil ilusiones sobre el amor y lo que haga falta, con tal de lograr reproducirse.
Sintió la supremacía de la vida, supo que la fuerza de la vida era mayor que su propia voluntad. Yo sólo quería estar contigo, Diane, los dos viviendo juntos sin problemas, y aquí nos tienes, tú jugándote la vida.
Qué asustados estamos, pensó, si hasta para enterrar a los nuestros necesitamos permiso del gobierno.
Una historia realmente impactante, que le da sentido y nos enseña qué es la pérdida, una historia a la vez llena de apuntes y reflexiones que ganó, en 1977, el World Fantasy Award, para caer posteriormente en el olvido. El autor comenta que escribió esta corta novela después de perder a un hijo en un acto de desesperación ... y que más que un libro es un recuerdo.
Sinceramente no sé qué decir sobre este libro. No creo que nada de lo que diga le haga justicia. Y además creo que es mejor adentrarse en esta novela sin saber mucho, para sentir la experiencia en toda su plenitud,
Solo diré que me parece increíble que en tan pocas páginas y utilizando esas frases cortas que pueden ser poéticas a la vez que muy crudas, alguien consiga decir tanto sobre temas como el nacimiento o la vida, o al menos profundizar en ellos de tal forma.
Es un relato muy intenso, triste y bello a la vez que nos permite experimentar junto al narrador un hecho trágico. No se exagera ni sobredimensiona, transmite su tristeza pero también tranquilidad. 80 páginas son suficientes para dejarte tirado un rato asimilando lo leído.
William Kotzwinkle: El nadador en el mar secreto. Un libro de los que le gustaban a Kafka.
Con El nadador en el mar secreto, la editorial Navona se ha marcado una de las ediciones del año. Sin duda. La breve, pero descomunal obra de William Kotzwinkle, es una de las narraciones más extraordinarias que podemos encontrarnos actualmente, la estrella en todas las mesas de novedades. ¿Por qué? Porque se trata de un texto vorazmente triste, demoledor y desnudo. Y se eleva impresionante con esas cualidades.
Hay libros helados y libros que te hielan. Kafka ya lo dijo en una de sus más célebres citas:
“Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? (…) Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más remotos, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros”. Las cualidades, todas y una a una, que Kafka enumera en esta cita, se cumplen en El nadador en el mar secreto. Kotzwinkle nos muerde con una historia insoportablemente dolorosa, y nos pincha con una percepción matizada de la realidad, filtrada a través de la presencia de la muerte. El drama que vive la pareja protagonista del libro nos despierta como si nos atizaran un golpetazo en la cara; más que despertarnos, nos espabila con una ducha de realidad. El dolor del mundo se esconde tras cada árbol, en las esquinas de las calles, se esparce sobre las laderas cubiertas de nieve, se cristaliza en los hospitales y se corporiza en las salas de maternidad.
Este libro es un destierro, es un instante de lucidez para el lector, una epifanía en la que descubre el verdadero sentido de la vida, que radica en toparse con la muerte, y el relieve afilado y amargo de la realidad: todo es dolor. Puede soportarse de una forma más o menos atenuada, pero el dolor es inherente al ser humano, haga lo que haga. Y si busca la felicidad, entonces tiene más posibilidades de sufrir una angustia insoportable.
A simple vista, todo parece bien sencillo, con esa simpleza que se deriva de narrar ordenadamente una serie de hechos: el primer hijo del escritor de novelas de género William Kotzwinkle murió al nacer. William había asistido a la desgracia durante el parto, consoló a la mujer durante los siguientes días, recogió el cadáver después de la autopsia, le construyó un ataúd y lo enterró en el bosque. Entonces, escribió de un tirón El nadador en el mar secreto.
El relato apareció en 1975 en una revista literaria norteamericana. Después, un pesado silencio aterrizó sobre él. Fue el novelista inglés Ian McEwan quien revitalizó esta obra maestra, citándolo en una de sus novelas en el año 2012. Entonces, se desató el tsunami. Y el libro se convirtió en un fenómeno de masas.
El nadador en el mar secreto no se había publicado jamás en el mercado español. La editorial Navona, que desde que empezó viene realizando una labor excelente, tanto en la atención a la recuperación de textos importantes, como en la publicación con una forma cuidada que siempre ofrece un valor añadido, sintió la responsabilidad de traernos este libro. Y menuda responsabilidad. En 2014 lo publicó por primera vez, dentro de su sello Ineludibles, y ahora lo ha reeditado dentro de su colección Impactos.
Sin duda, el valor añadido se encuentra en la traducción de Enrique de Hériz, cuyo aspecto de novelista tiene mucho que ver en la forma de sostener esta especie de asepsia, de contención aterradora, que posee la prosa de Kotzwinkle. Es un libro escrito como un ejercicio de duelo, con todo lo que de desgarrador posee un texto de semejantes características.
Confesaré algo: el libro alcanza las 114 páginas; breve y perfecto para leerlo de un tirón. Pues eso resulta prácticamente imposible, tal es la dimensión de la tarea de demolición interior a la que nos somete. A medida que avanzaba necesitaba ir deteniéndome, como para recuperar algo de fuerzas, o de ánimo, hasta que me vi obligado a dejarlo para el día siguiente después de uno de los momentos más estremecedores que he leído en mucho tiempo.
Es una especie de capítulo bisagra, un paréntesis lirico que destroza el alma, cuando tras haberse superado la parte del nacimiento y de la muerte del bebe, el protagonista encaja la verdadera dimensión de lo ocurrido mientras conduce en solitario por una carretera secundaria en mitad de la naturaleza.
Lo que se enmarca entre las páginas que van de la 63 a la 65 sólo es posible en una obra maestra de las dimensiones de este libro. Es un instante de luz, pero de una luz pura y verdadera, cegadora, en donde el protagonista, Laski, siente como el hijo recién nacido y recién muerto todavía forma parte de él, que su espíritu aún no le ha abandonado, pero está cercano a despedirse. Y decide marcharse de su lado cuando el sol brilla más entre los árboles, y el viento frío le arrebata, para siempre, todas las posibilidades de lo que podría haber sido la vida con su hijo. Aquí tuve que interrumpir la lectura.
Hasta el final, la historia discurre sumergida en esa oscura belleza que puede derivarse de un suceso como la muerte, plena de momentos delicados, sin caer en sentimentalismos ni tropezar en burdas reflexiones. El nadador en el mar secreto era el niño en su líquido amniótico, cierto, pero también es el protagonista, ahogado en el mar de su dolor.
Y aunque siempre he odiado identificar narradores y tramas con sucesos biográficos del propio autor, en este caso es obligatorio hacerlo. En primer lugar, y si atendemos a sus declaraciones, en donde Kotzwinkle deja muy claro que escribe sobre su propia experiencia vital durante el terrible suceso. En segundo lugar, si comprendemos que, por encima de la maldición del biografismo, nos encontramos ante un texto que no es autoficción ni autobiografía porque, sencillamente, el autor no podía incluirse en él con nombre y apellidos. Por eso elige a Laski, para tomar la distancia necesaria que necesitaba a la hora de contener la respiración y reflejar el horror.
He entregado el corazón en esta lectura. En efecto, es uno de los libros de Kafka, porque como un hachazo ha hecho saltar en añicos ese mar congelado que llevamos en nuestro interior, elevando la temperatura del agua hasta hacerla bullir y necesitamos creer que nuestras lágrimas son un mero efecto físico producto de la condensación.
Pero nos engañamos. Debemos tener el valor de aceptar que Kotzwinkle ha sabido destrozarnos y obligarnos a engullir literatura de la buena: la del puñetazo en la cara, la de la desgracia dolorosa. La que le gustaba a Kafka.
mm no conecté con nada. los personajes no me terminaron de cerrar y sentí que no se profundizó en los sentimientos. podría haber sido una historia desgarradora h me dejó meh
¿Cómo puede pasarse de ganar el premio World Fantasy Award a escribir esta pieza de orfebrería realista? No puedo, o no sé, reseñar algo tan breve sin dar detalles que impidan apreciar la obra. 12€ para menos de 100 páginas de relato en los que es difícil encontrar algo que sobre. Solo diré que no es una lectura de entretenimiento ni diversión y que dependiendo de tu edad y lo que hayas vivido te dejará más o menos tocado.
El nadador en el mar secreto escrita inicialmente en 1975, es una novela que luego de su publicación ha pasado desapercibida por muchos años. Nos encontramos aquí, ante una experiencia personal que vivió su autor y que a manera de catarsis pudo contarla de forma magnífica. La etapa de la gestación es contada mayormente por el lado de la madre, en esta ocasión las sensaciones estarán contadas desde la perspectiva de un padre. El autor con este conmovedor relato alcanza desarrollar en la trama todo el proceso previo, durante y posterior al nacimiento del primer hijo de una pareja de esposos. Un relato descarnado por momentos pero muy necesaria.
This book took me by surprise. I was given this book as a gift when my son was a very sickly infant. I didn't bother to read it until three years later. I expected it to be perhaps a self-help book of some sort, something involving ways of coping with sick children.
Instead I found a deep, lonely novella, so well-written I had to read it in one night. The story of a couple who goes through a grieving process after delivering a stillborn baby is effectively woven in with the elements of life and death, seasons, cycles and growth of the human spirit. It is haunting and real. The work is to be read somewhat like poetry...there is profundity in Kozwinkle's writing style which could only come from his own voice--and empathy.
I would suggest this book to fathers of babies who pass on. I don't know how much literature is out there for MEN to cope with such grievances, but then again, I am not a man, and have not had to grieve over the loss of an infant or child. I would also suggest this book to parents who have lost babies..but not immediately. This is a book that is good to be read roughly six months into the grieving process.
"Le nageur dans la mer secrète" est un livre que j'ai sélectionné pour m'accompagner durant mes voyages dans les transports en communs, pour ces 100 pages très aérées (merci aux éditions Actes Sud), et parce que je ne savais pas du tout de quoi parlait cette nouvelle. Eh bien je peux dire merci à la RATP d'avoir instauré les strapontins, car j'ai été obligé de poser mon gracieux derrière dessus lorsque ce livre m'a attrapé et foutu son plus gros punch dans le bide.
L'histoire est très simple à résumer : on y suit un couple qui s'apprête à avoir leur premier enfant...et ça ne se passe pas bien. Là où William Kotzwinkle fait fort avec cette intrigue un petit peu déjà-vu, c'est qu'il décrit tout cela sans que l'on sente, en tant que lecteur, qu'il en fait trop. Chaque mot, chaque réaction, chaque sentiment est juste. Et c'est ce qui prend aux tripes.
Il suffisait juste que l'auteur ajoute de la poésie à tout cela et accorde une place importante à la nature pour qu'on soit sur un coup de cœur, ce qui est le cas. J'aurais sans doute lâché plusieurs larmes si j'avais été seul lors de ma lecture (je le répète : heureusement que les strapontins existent).
Je ne pense pas qu'il faille être sensible au thème de la paternité et de la maternité pour pleinement apprécier cette nouvelle et, franchement, c'est trop beau pour passer à côté. Mais ce n'est pas si facile que ça à lire d'un point de vue émotionnel, jusqu'à la fin :,( Ai-je besoin de vous dire de vous précipiter sur cette pépite oubliée ? Allez encore une fois si vous ne l'avez pas compris. Ai-je maintenant envie de découvrir l'intégralité de la bibliographie de William Kotzwinkle ? BIEN ÉVIDEMMENT.
Aunque la sinopsis del libro no dice mucho, me llamó inmediatamente la atención, especialmente después de ver un par de comentarios al respecto en Goodreads y la buena calificación que tiene ahí. Supe que me encantaría leerlo.
Es narrado por Laski, un futuro padre primerizo, y nos cuenta su experiencia desde el momento en que su mujer Diana comienza su labor de parto. Nos describe sus emociones, sus miedos, su nerviosismo y también su calma. Lo preparado que estaba para ese momento, las clases que había tomado, la forma en que tenía que reaccionar y todo lo que tenía que hacer. Pero hay situaciones que ni las mejores clases, ni toda la preparación del mundo te puede enseñar. Situaciones que sólo al ser vividas podrás saber cómo vas a reaccionar.
No puedo decir mucho del libro sin arruinarles la historia. Es bastante corto, pero es un libro que te llena de mil emociones. La pluma de Kotzwinkle es bastante sencilla y se lee de un tirón, pero las emociones duran en ti por días. Lo leí hace dos días y aún pienso en la historia y el corazón me da un brinco.
Es una historia tierna que conmoverá hasta al corazón más duro. Para mi, todo lo relacionado con bebés es algo especial y me enternece o entristece de manera fácil, por eso sabía desde un principio que el libro me iba a gustar, pero no me imaginé qué tanto y lo mucho que la corta historia me iba a llegar. De verdad me tocó hasta el alma.
La recomiendo muchísimo. Se escribió por primera vez en 1975 y el autor novelizó el libreto de E.T. (que tengo en mi estantería y ahora quiero leerlo con más ganas). También escribe novelas infantiles, creo de ahí su narración tan sencilla. Pero la sencillez no es sinónimo de simple, ya que es una historia con una temática bastante delicada y que —al menos eso creo— no cualquier autor podría escribir al respecto con tacto y clase. Lo repito, la recomiendo muchísimo.
Ahora, en un punto un poco más superficial. La edición que Ediciones Urano me envió es simplemente hermosa. Es de tapa dura y de un color rojo-anaranjado precioso con letras azules. Es agradable al tacto, con hojas gruesas fáciles de manejar y se ve precioso en mi estantería. Por donde se vea el libro, tanto por dentro como por fuera, es hermoso y vale la pena cada centavo invertido en él.
Si os soy sincera, todo lo que yo pueda contar sobre esta obra no va a llegar ni a la cuarta parte de lo tremenda y maravillosa que es, por eso siento tanto respeto por hablar de ella que pido disculpas de antemano por si no la hago justicia. Este libro contiene en su interior el verdadero significado de la vida y es que en tan solo 115 páginas se relata la experiencia del autor de enfrentarse al mismo tiempo al nacimiento y a la pérdida de su primer hijo. Una historia real, desnuda e impactante, escrita de una forma magistral y poética pero con una prosa aparentemente sencilla y llena de metáforas maravillosas que es imposible que no toque la sensibilidad del lector, pero sin llegar a utilizar ese sentimentalismo impostado que se refleja en muchas obras.
Yo todavía sigo asimilando lo que he leído, la inteligencia con la que el autor proyecta el amor y la aceptación, la forma con la que conmueve, nos hace reflexionar y nos deja sin aliento. Sigo pensando que es de las mejores obras que se han escrito y sigo sin creer cómo este pequeño libro no está en el Top ventas de cualquier librería así que, ya me encargaré de recomendarlo hasta la saciedad 😊
I'm going to read this again in a minute and see if it's not 5 stars, because at the moment it's 4.5. The first book that made me cry for a while, proper tears. There is one chapter in it, only a page or so long after the narrator's baby has died where he travels with him on boats and trains and they fly over the landscape and the little boy grows up. Even just writing that makes something crack open inside me.
Un libro precioso. Vivir y narrar el dolor, con distanciamiento y mirando el mundo con ojos alucinados, como si ese mundo se estuviera recreando en ese momento, como si estuviera naciendo. Esta epifanía de la muerte encierra pese a todo una belleza enorme y las palabras brotaran hermosas de ese agujero del alma.
"Laski se vio de nuevo envuelto por el amor que sentía por el chiquillo que tenía delante, todo recortado. Tomó la mano derecha del bebé en la suya, separó sus deditos rígidos y miró la palma, fría y diminuta. Los dedos se agarraron con firmeza a los suyos, con la rigidez de la muerte”. Qué minúsculas son las uñas, y qué perfectas. Miró la cara de su hijo y vio que había experimentado una extraña transformación. Los rasgos habían madurado por completo, ahora tenía la cara de un hombre de muchos años, como si su único momento de vida, mientras la mano del médico le daba una vuelta, hubiera sido una vida entera, de principio a fin. El triunfo y la rabia, la pérdida y el beneficio, todo había desaparecido ya de su cara y los párpados cerrados irradiaban serenidad. —Qué precioso —dijo Diane, derramando sus lágrimas sobre la exquisita cabeza, esculpida con la finura de una estatua griega—. Luchó tanto para nacer… Entonces la arrastró el océano de la pena y se quebró en un llanto desatado, como el viento del mar que empuja a las olas a formar olas terribles. Y en esa tempestad flotaba con calma la cajita de pino, con su extraño pasajero, el infante que también era un viejo."
Hay muchos libros tímidos. Necesitan ser bien presentados. Este es uno, y China Editora se encargó de cuidarlo, en la traducción y en el diseño. Pero este no es solo un libro arreglado, sino una joya breve y rara. Tenerlo entre las manos es como sostener algo muy valioso.
Es la historia de una muerte prematura. El narrador está muy cerca de Laski (Kotzwinkle) y sabemos que van a tener su primer hijo con Elizabeth Goundy. Sabemos que lo desean, que fantasean con él. Estamos ahí con el autor ensoñado en bosques y experiencias compartidas que se disuelven en la luz, más dolorosa que la nieve, de los pasillos del hospital. No hay quiebres argumentales, ni recursos pretensiosos. La historia está contada con un tono parejo, sensible, y vamos de principio a fin acompañando la experiencia devastadora, pero de alguna forma preciosa, que el autor atravesó y escribió sin detenerse en 1975.
Pero creo que "El nadador en el mar secreto" explora, no tanto la perdida, sino el modo inespecífico de hacerle frente que tenemos, y la búsqueda para sentirnos acompañados ante esa incertidumbre inmensa y silenciosa.
Relato que te encoge el corazón por momentos. A medida que pasas las páginas sabes que algo devastador va a ocurrir. Y no te equivocas. Kotzwinkle toca la fibra sensible del lector mediante esta historia de la pérdida de un hijo, pero un hijo al que no le ha dado tiempo a ser siquiera un hijo, el hijo. La resignación, la cruel aceptación de tal acontecimiento (devastador para cualquier padre), ese enfrentamiento con la muerte que se cierne antes de que exista la propia vida... Todo ello es tratado aquí de una forma casi poética, las imágenes que describe, el tono... Si algo le puedo achacar al texto es la sobriedad que refleja en ciertas ocasiones. Quizá, a priori, esperara más lágrimas y llantos, más locura, pues una pérdida semejante puede desquiciar. No obstante, se agradece esa prosa sencilla y clara, sin artificios en busca de la sensiblería suprema.
Muy intensa y muy emotiva. Me ha dejado desolada. (2019)
No podía dejar de pensar en este libro desde que lo leí por primera vez. He vuelto a leerlo. Mis sensaciones son las mismas que cuando lo hice en 2019. La pregunta que me hago es por qué no le di esas cinco estrellas, así que rectifico mi puntuación.
2.5 Lo pensé varios días y decidí que no iba a escribir reseña de El nadador en el mar secreto. Más que nada, porque es un libro que no me dio para mucho, no como para escribir un comentario largo. En cambio, sí puedo decir que la novela, más allá de que está bien escrita, no me produjo las sensaciones que un texto así a priori podría generar. No me conmovió ni me movilizó, y creo que ahí recae el problema mayor que tuve con este libro. Cuenta una historia muy compleja (el nacimiento y posterior muerte de un bebé, hijo del narrador y del propio autor), pero aun así no me generó nada significativo. Es un texto muy corto, de menos de cien páginas que se lee rápido y sencillo, pero que no me dejó mucho para pensar ni para reflexionar.
As a writer who has also lost a child, although my daughter was 26 when she died and not stillborn, this story feels like it was made from my own grief. The prose is stunning, lyrical yet precise, the small sections mimic the way contractions come and fade and then return. It's also a strong study of landscape and how setting is always action in good storytelling. As someone who has also chosen to live in the woods rather than in town, who does care for her dead rather than letting strangers do it, this story resonated.
Cuando te enfrentas a lecturas sin querer saber nada de antemano te puedes encontrar libros como este, sin duda el libro más cruel y triste que he leído nunca, si además, como es mi caso, eres padre aún peor.
No podría describir las sensaciones que me han llegado en estas pocas páginas, tampoco sabría puntuarlo.. ¿4 estrellas?… 5, 2…
La edición que he leído no es esta, pero la portada es infinitamente mejor y hay que dar visibilidad a estas pequeñas joyas