Situado en un valle del cantón de los Grisones, este convento es un exponente característico de la renovación de la vida monástica cristiana en la época carolingia. Conserva frescos y estucos del período románico, así como el conjunto de pinturas murales más importante de toda Suiza, ejecutado hacia el año 800. (UNESCO/BPI)[1]
Fundada en el siglo XII, Berna se edificó en lo alto de una colina rodeada por el río Aar. Su crecimiento urbano a lo largo de los siglos se ajustó a una concepción de la planificación urbana excepcionalmente coherente. La ciudad vieja posee edificios de diferentes épocas y toda una serie de arcadas del siglo XV y fuentes del siglo XVI. La mayor parte de la ciudad medieval fue restaurada en el siglo XVIII, pero ha conservado sus características primigenias. (UNESCO/BPI)[2]
Ejemplo perfecto de gran monasterio carolingio, este convento fue uno de los más importantes en Europa desde el siglo VIII hasta su secularización en 1805. Su biblioteca es una las más ricas y antiguas del mundo y posee valiosos manuscritos, entre los que figura el más antiguo de los planos arquitectónicos en pergamino hallados hasta ahora. Entre 1755 y 1768 fue reconstruido en estilo barroco. La catedral y la biblioteca son los edificios principales de este excepcional conjunto arquitectónico, testigo de doce siglos de ininterrumpida actividad espiritual y cultural. (UNESCO/BPI)[3]
El sitio de Bellinzona comprende un conjunto de fortificaciones construidas en torno al castillo de Castelgrande, erigido en lo alto de una cima rocosa que domina el valle del Tesino. De este primer castillo parte una línea de murallas que protege la ciudad vieja y cierra el paso del valle. Un segundo castillo, el de Montebello, forma parte de este mismo dispositivo de defensa. El tercer castillo es el de Sasso Corbaro, que se yergue aislado en lo alto de un promontorio rocoso situado al sureste del burgo fortificado. (UNESCO/BPI)[4]
Con la ampliación hacia el este y el oeste del sitio Jungfrau-Aletsch-Bietschhorn, ya inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial desde 2001, su superficie ha pasado de 53.900 a 82.400 hectáreas. Este sitio, que constituye un ejemplo excepcional de la formación de los Altos Alpes, comprende la mayor parte de la superficie helada de la cordillera alpina y el mayor glaciar de Eurasia. Posee una amplia variedad de ecosistemas, en particular ejemplos de sucesión vegetal debida al retroceso de los glaciares provocado por el cambio climático. El excepcional valor universal del sitio no sólo estriba en su belleza, sino también en la abundante información que proporciona sobre el cambio climático y la formación de las montañas y los glaciares. También es inestimable porque ilustra, a través de la sucesión vegetal, toda una serie de procesos ecológicos y biológicos. Su impresionante paisaje ha desempeñado un importante papel en el arte, la literatura, el montañismo y el turismo alpino del continente europeo. (UNESCO/BPI)[5]
Zona de protección: 1089 ha. Zona de respeto: 3207 ha.
Situada en el cantón suizo de Tesino, al sur del lago de Lugano, esta montaña boscosa de 1.096 metros de altura y forma piramidal se considera uno de los mejores exponentes de lo que fue la vida marina en el Periodo Triásico (245-230 millones de años atrás). El sitio se inscribió en la Lista del Patrimonio Mundial en 2003 y su extensión actual abarca la zona italiana contigua, situada al otro lado de la frontera. La ampliación del sitio se debe a la cantidad y variedad excepcionales de los yacimientos fosilíferos del Periodo Triásico que se hallan en esa zona. (UNESCO/BPI)[6]
Zona de protección: 898 ha. Zona de respeto: 1408 ha.
Los viñedos en terrazas de Lavaux, ubicados en la vertiente orientada al sur de la orilla septentrional del Lago Leman, se extienden a lo largo de 30 kilómetros, desde el castillo de Chillon, situado al sur de Montreux, hasta el límite de los arrabales este de la ciudad de Lausana, en el centro del Cantón de Vaud. Las estrechas y empinadas terrazas, apuntaladas por muros de piedra, cubren la parte baja de la pendiente montañosa entre los pueblos y el lago. Aunque existen indicios del cultivo de la viña en Lavaux desde tiempos del Imperio Romano, los bancales de viñedos actuales datan del siglo XI, época en que los monasterios de las órdenes benedictina y cisterciense dominaban la región. El sitio es un ejemplo excepcional de la interacción secular entre el hombre y el medio ambiente encaminada a la optimización de los recursos locales para producir un vino sumamente apreciado, que siempre ha tenido una importancia considerable en la economía de la comarca. (UNESCO/BPI)[7]
Situado en el nordeste de Suiza, este sitio abarca una zona montañosa de 32.850 hectáreas en la que se alzan siete picos de más de 3.000 metros de altura. Constituye un ejemplo excepcional de la orogénesis por colisión continental y presenta secciones geológicas excelentes debido al empuje tectónico, es decir el fenómeno por el que las rocas más antiguas y profundas ascienden y pasan por encima de las más recientes y superficiales. El sitio, que se caracteriza también por una clara exposición tridimensional de las estructuras y procesos característicos de este fenómeno, se considera de importancia capital para las ciencias geológicas desde el siglo XVIII. Los Alpes del cantón de Glaris son montañas heladas que dominan un paisaje espectacular de angostos valles fluviales. En ellos se encuentra el mayor corrimiento de tierras sobrevenido en la región de los Alpes centrales en el periodo posterior a la glaciación. (UNESCO/BPI)[8]
Zona de protección: 284 ha. Zona de respeto: 4488 ha.
Este sitio consiste en dos ciudades situadas en terrenos poco aptos para la agricultura de una zona apartada de las montañas del Jura. Las dos localidades vecinas ilustran con su urbanismo las necesidades de organización racional de la industria relojera. Planeado a principios del siglo XIX, después de tres grandes incendios, el trazado urbano de ambas localidades está concebido en función de esa industria, ajustándose a un esquema abierto en bandas paralelas en el que se imbrican casas y talleres para mejor responder a las necesidades profesionales de los relojeros, cuya actividad se remonta al siglo XVII y perdura hoy todavía. El sitio constituye un ejemplo notable de ciudades monoindustriales bien conservadas y en plena actividad actualmente. Su planificación urbana se ha amoldado a la evolución de la relojería, que pasó de la producción artesanal a domicilio a una producción fabril más integrada a finales del siglo XIX y principios del XX. Cuando analizó la división del trabajo en El Capital, Karl Marx tomó como ejemplo, entre otros, la industria relojera del Jura y se refirió a la ciudad de La Chaux-de-Fonds definiéndola como “una sola manufactura de relojes”. (UNESCO/BPI)[9]
Zona de protección: 152 ha. Zona de respeto: 109.386 ha.
Este sitio agrupa dos líneas ferroviarias históricas que cruzan los Alpes suizos por dos puertos de montaña. Inaugurada en 1904, la línea del Albula está situada en la parte nordeste del sitio y tiene 67 km de longitud. Comprende un conjunto impresionante de obras de ingeniería formado por 42 túneles y galerías cubiertas y 144 puentes y viaductos. La línea del Bernina tiene 61 km y cuenta con 13 túneles y galerías y 52 puentes y viaductos. El sitio es un ejemplo notable de la utilización del ferrocarril, a principios del siglo XX, para acabar con el aislamiento de las poblaciones de los Alpes centrales e inducir un cambio socioeconómico duradero en la vida de los montañeses. Este ferrocarril es una realización excepcional en el plano técnico, arquitectónico y ambiental, que encarna los logros que pueden alcanzar la arquitectura y la ingeniería civil en perfecta armonía con el paisaje circundante. (UNESCO/BPI)[10]
Zona de protección: 274 ha. Zona de respeto: 3961 ha.
Este sitio comprende 111 lugares con vestigios de asentamientos humanos prehistóricos en palafitos, esto es, viviendas edificadas sobre pilotes. Situados dentro de la zona de los Alpes y en su entorno, esos vestigios datan del periodo comprendido entre el quinto milenio y el siglo V a.C. y están situados a orillas de lagos, ríos y pantanos. Las excavaciones arqueológicas, efectuadas solamente en algunos lugares hasta la fecha, han proporcionado elementos que dan una visión de la vida diaria del hombre del Neolítico y de la Edad de Bronce en la Europa Alpina, así como de su interacción con el medio ambiente. En Suiza se hallan cincuenta y seis de los lugares que integran el sitio. Estos asentamientos humanos, que forman un conjunto único de vestigios arqueológicos excepcionalmente bien conservados y extraordinariamente ricos en el plano cultural, constituyen una de las más importantes fuentes para el estudio de las sociedades agrarias primitivas de la región. (UNESCO/BPI)[11]
Repartidos en siete países, los 17 sitios integrantes de este bien del patrimonio mundial constituyen un testimonio de la invención de un nuevo modo de expresión de la arquitectura, en clara ruptura con sus formas anteriores. Las obras arquitectónicas de esos sitios fueron realizadas por Le Corbusier a lo largo de cincuenta años de “búsqueda paciente”, según sus propias palabras. El Complejo del Capitolio de Chandigarh (India), el Museo Nacional de Bellas Artes de Occidente de Tokio (Japón), la casa del Dr. Curutchet en La Plata (Argentina) y la Unidad de Viviendas de Marsella (Francia), entre otras construcciones, ponen de manifiesto las soluciones aportadas en el siglo XX por el Movimiento Moderno al reto de renovar las técnicas arquitectónicas para satisfacer las necesidades de la sociedad. Estas obras maestras del genio humano también constituyen un testimonio de la internacionalización de la arquitectura a escala planetaria. (UNESCO/BPI)[12]
Localización del Patrimonio de la Humanidad en Suiza. Los puntos más pequeños corresponden a los Palafitos del entorno de los Alpes en Suiza (sitio compartido con Alemania, Austria, Francia, Italia y Eslovenia) * y ** Sitios compartidos con Italia. ***Obra arquitectónica de Le Corbusier – Contribución excepcional al Movimiento Moderno
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Suiza, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 31 de enero de 2017,[13] ha presentado los siguientes sitios:
Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista Indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista Indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.[14]
Además de los edificios incluidos en el Patrimonio Mundial, la sugerencia "La obra urbana y arquitectónica de Le Corbusier" de Suiza también incluía originalmente la Villa Jeanneret-Perret y la Villa Schwob en La Chaux-de-Fonds. Después de la primera remisión de la nominación por el Comité del Patrimonio Mundial en 2009, estos dos edificios ya no se incluyeron en la propuesta de 2011.
En la localidad de Vevey (Suiza) hay una práctica cultural tradicional que exalta la labor de los viticultores de la comunidad y que cuenta con la participación de éstos, de artistas locales y del público en general. La Fiesta de los Viticultores comenzó siendo un mero desfile, pero hoy en día dura tres semanas, comprende 15 eventos y atrae a unos 5.000 participantes. Celebrada cada veinte años, esta fiesta recrea en cada una de sus celebraciones la representación de un tema tradicional: la labranza de la tierra y el cuidado de las viñas, el ciclo de las estacione y la fraternidad. A lo largo de todas las celebraciones tienen lugar desfiles y entregas de premios a los mejores viticultores. Los festejos comprenden también la organización de procesiones hasta la vecina localidad de La Tour-de-Peilz y la interpretación de músicas y cantos como el “Ranz de las Vacas”, una tonada musical tradicional de los pastores de rebaños alpinos. Algunos participantes se disfrazan y otros enarbolan palos rematados por efigies de monigotes grotescos. La organización y realización de esta fiesta descansa en los hombros de voluntarios que la preparan durante varios años. La transmisión de los conocimientos y prácticas relacionados con este elemento del patrimonio cultural se efectúa por intermedio de las familias y de la Hermandad de Viticultores de Vevey, una organización sin fines de lucro integrada por agricultores que está abierta a la participación del público en general. Esta festividad tradicional fomenta el espíritu comunitario, contribuye al mantenimiento de la vida artística local, confiere un sentimiento de continuidad cultural a los miembros de la comunidad y estimula la mejora de los conocimientos y técnicas de los viticultores. La próxima celebración de la Fiesta de los Viticultores tendrá lugar en 2019. (UNESCO/BPI)[15]