Múnich
En la capital de Baviera, el origen de los mercados de Navidad se remonta a una pequeña fiesta en honor de San Nicolás, que ya aparece mencionada en documentos de 1310. Aunque en la actualidad se organizan en varios barrios, el Christkindlmarkt o Mercado del Niño Jesús, que se instala en la céntrica Marienplatz, es sin duda el más especial y emblemático. En la plaza y calles aledañas se apiñan los puestos con adornos, figurillas, abetos, velas, cajas de música…
No faltan los tenderetes de comida donde las salchichas, con su amplio repertorio alemán, compiten con los dulces de la época: Lebkuchen (pan de jengibre), Sprinter (pastitas), o Lebkuchanherzwn (galletas con felicitaciones navideñas escritas con chocolate). Esta plaza del corazón de Múnich está presidida por el Ayuntamiento neoclásico, muy cerca de la Catedral. A las horas en punto se pueden ver desfilar las figuras del carillón del Ayuntamiento. Y por las tardes, pequeños coros deambulan entre los tenderetes entonando villancicos. En un extremo de la plaza se alza la iglesia de San Pedro, cuya torre de 92 metros de altura es un balcón privilegiado.
Núremberg
La Hauptmarkt, haciendo honor a su nombre («mercado principal»), acoge diversos mercados a lo largo del año, aunque sin duda el más querido por los habitantes de la ciudad es el de Navidad, cuando se iluminan sus perfiles y los del Ayuntamiento gótico, esos días brillante como un pastel de luz.
La plaza se llena con cientos de tenderetes alrededor de su fuente esculpida, que se alza en el centro como un abeto de piedra. Por las tardes, grupos de coros llenan de música la plaza y las calles aledañas, y entran en iglesias cercanas como la de San Lorenzo o la de San Sebaldo. A los pies del castillo que domina la ciudad de Nuremberg se puede visitar la casa-museo de Alberto Durero, el artista renacentista más famoso de Alemania, que nació en Nuremberg en 1471.
Heidelberg
A los pies de los imponentes vestigios del castillo que corona la ciudad, el mercado navideño de Heidelberg se extiende en realidad por varias plaza, incluyendo la de la Universidad. Este año se estrena una nueva iluminación en la Markplatz, a la que, junto a los puestos de adornos navideños y abetos, acuden vinateros y fabricantes de cerveza de la región. Merece la pena subir a la fortaleza de arenisca roja, una de las mayores que se conservan en Alemania, no solo para visitarla, sino también para asomarse a su amplia terraza desde la que se abarcan el centro antiguo y las orillas del río Neckar.
Augsburgo
Es una de las ciudades más antiguas de Alemania, fundada por los romanos y embellecida por artesanos, comerciantes y banqueros medievales. La ciudad, que desde 2019 está en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, da cobijo a su propio Mercadillo del Niño Jesús, uno de los más históricos del país. Se instala en la plaza del Ayuntamiento, un edificio renacentista dominado por dos torres gemelas, cuya fachada se adorna con guirnaldas trenzadas con ramas de pino. Junto a él se alza la Torre Perlach, a la que se puede subir para ver el mercado desde la altura.
En el centro de la plaza, alrededor de un abeto inmenso, se apiñan los tenderetes de adornos y gastronomía. La representación del «Ángel de Augsburgo», una música teatralizada que utiliza los balcones y ventanas del Ayuntamiento como escenografía, es el punto culminante de las celebraciones navideñas de esta ciudad. En el casco antiguo vale la pena recorrer la Ruta de los Cuentos por una preciosa zona peatonal donde aprovechar para realizar compras navideñas.
Erfurt
La capital de Turingia es uno de los secretos mejor guardados de Alemania. Consolidada como ciudad hace trece siglos, esta urbe es uno de los mejores vestigios medievales de todo el país con casonas señoriales y su urbanismo retorcido, que se transforma en todo un cuento de Navidad cuando llega el Adviento. Y es que el conjunto monumental de la catedral de Santa María y la iglesia de San Severo se transforma en el perfecto talón de fondo para el precioso mercadillo navideño de Erfurt, un acontecimiento que metamorfosea las plazas Domplatz, Willy-Brandt-Platz y Fischmarkt y los puentes Anger y Schlösserbrücke en una fantasía de cabañitas de madera y luces tintineantes.
Los adornos navideños, los textiles azules típicos de la región y la cerámica de la cercana sierra de Erzgebirge son las auténticas estrellas de su tiendas de artesanía mientras que la gastronomía está monopolizada por un bollo, el Erfurt Schittchen, que es toda una institución en Alemania.
Ulm
La Münsterplatz de esta ciudad de origen medieval, nacida a orillas del río Danubio, acoge el principal mercado navideño de este urbe del estado de Baden-Wurtemberg. En ella se instalan tiovivos y 130 puestos con adornos, artesanías, regalos navideños y dulces tradicionales. La plaza toma su nombre de la principal iglesia de Ulm, la gótica Münster, famosa por tener la aguja más alta del mundo (161,5 m), y ser uno de los templos arquitectónicamente más impresionantes de toda Alemania.
Durante la época de Adviento, en el templo se organizan conciertos de órgano. Desde hace unos años, la iglesia se enfrenta en la misma plaza al nuevo Ayuntamiento, una construcción blanca de modernas líneas, obra del arquitecto Richard Meier que también alberga exposiciones.
Bremen
En esta antigua ciudad hanseática a orillas del río Weser, que una vez llegó a ser el mayor puerto del país, se realizan varios mercadillos navideños. En el centro antiguo destaca el que se instala alrededor del ornamentado Ayuntamiento gótico, donde los puestos y la iluminación navideña cubren la histórica calle Böttcher, y el de la plaza Marktplatz, donde se puede contemplar el grupo escultórico de los famosos músicos de Bremen. Cerca de allí está la estatua de Rolando, otra figura de piedra gigante que simboliza la libertad de comercio. También vale la pena acercarse al histórico mercado Schlachte-Zauber, a orillas del río, que reluce con los barcos iluminados en los muelles.
Rothemburg ob der Tauber
Esta población, que luce un decorado medieval intacto, es una de las estrellas de la Ruta Romántica de Alemania. En el encantador mercadillo navideño que se instala en de Reiterlesmarkt, los puestos se desparraman entre los soportales del Ayuntamiento y la afilada silueta de San Jacobo, la principal iglesia gótica de la ciudad, cuya construcción comenzó en 1311. El miércoles anterior a la Navidad se puede ver a grupos de niños que recorren el casco antiguo bajo la luz de las antorchas. Una visita obligada en esta época es a la casa madre de la tienda Käthe Wohlfahrt, famosa por sus adornos y regalos navideños, cascanueces en uniforme de soldado, cajas de música…, presente por toda Alemania y otras ciudades del mundo como Barcelona.
Frankfurt
En Frankfurt se pueden visitar muchos mercadillos navideños, tanto en la urbe moderna y financiera, que queda en una orilla del río Main, como en el centro histórico, más tradicional y extendido en la orilla contraria. El de Weihnachtsmarkt, que se instala en la Römerberg, la antigua plaza mayor de Frankfurt, es especialmente encantador. Rodeada por edificios de los siglos XIV y XV, la plaza acoge paradas de adornos y casetas donde se realizan talleres para elaborar dulces navideños. Las iglesias de los aledaños añaden la música de conciertos de Adviento.
Dresde
Nada más y nada menos que 585 ediciones lleva el Striezelmarkt montándose en la plaza Altmarkt de Dresde. Un bagaje que le ha permitido establecerse como uno de los más icónicos del mundo y, a la vez evolucionar sin traicionar a su fama. Aunque su tamaño es considerable con más de 240 puestos, su modo de uso y disfrute es relativamente sencillo. Lo primero que hay que hacer es probar el Stollen, un pan de Navidad típico de esta localidad y cuyo nombre en alemán antiguo, Striezel, bautizó este mercado. Después, acercarse a contemplar la pirámide de Navidad más alta del mundo. Y por último, caer en la tentación y comprar algún cascanueces, un producto típico de la artesanía de la región.
Colonia
En las diferentes plazas que rodean a la fastuosa catedral de Colonia se extiende el mercado más famoso de la ciudad. Aquí las casetas se estructuran alrededor de su famoso árbol de Navidad y ofrecen todo tipo de regalos artesanos y delicias, entre las que destaca el vino caliente más codiciado del país. Más allá de la influencia de este gran templo -en todos los sentidos-, se halla el Heavenue, un mercado de Navidad alternativo que se ha hecho famoso por ser muy popero y gayfriendly.
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